"Dean se sentó en el piso con una cajita de musica y escuchó con enorme surpresa la pequeña canción que ella reproducia, A Fine Romance. - 'Ah, ¡esas campanitas cintilantes! ¡Oigan! Vamos todos arrodillarse y mirar al centro de esa cajita de musica hasta que aprendamos su secreto - campanitas cintilantes, oooh.'. Ed Dunkel también estaba sentado en el piso, con mis baquetas de bateria en las manos; subitamente empezó a marcar el ritmo, acompañando la musica que salía de la cajita y que mal conseguíamos oír. Todos prendieron la respiración para escuchar. 'Tic...tac... tic-tic... tac-tac.' Dean puso la mano en forma de concha al oído, boquiabierto; dijo: '¡Ah! ¡Uau!'.
Carlo observaba esta fruslería con ojos incisivos. Finalmente dió un guantazo en la rodilla y dijo: 'Tengo algo a declarar'.
'¿Si? ¿Si?'
'¿Qué significa ese viaje a Nueva York? ¿En qué espécie de negócio sucio estás involucrado ahora? Quiero decir, loco: ¿adonde pensás que te vas en este auto reluciente por la noche de la América?'
'¿Adonde pensás que te vas?', repetió Dean, de boca abierta. Sentamos sin saber lo que decir; ya no habia nada más que ser dicho. La única cosa que hacer era irse."
Trecho de "On The Road", de Jack Kerouac.
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